Cultural

Cine regional peruano pierde a uno de sus pioneros

19:00 h - Vie, 9 Feb 2018

Natural de Ayacucho, es considerado figura fundacional de lo que se conoce como "el cine regional peruano". Palito Ortega Matute falleció después de luchar contra el cáncer. Tenía solo 50 años y su deceso ocurre cuando estaba próximo a estrenar su  largometraje "La Casa Rosada", producción que logró alcanzar distintos premios nacionales e internacionales. 

En 1994 inició su carrera cinematográfica con un frustrado proyecto (Chicha de jora) que se vio interrumpido por decisión propia, por encontrar carencias actorales en el reparto. La temática mostraba algo que hoy en día ha cobrado protagonismo en la sociedad ayacuchana, las pandillas juveniles.

Palito Ortega Matute, estudió en Huamanga y en el Colegio Guadalupe de la ciudad de Lima, donde confirmó su vocación hacia las imágenes en movimiento, lo cual le llevó a realizar cursos de fotografía y cámara. Años más tarde retornó a Huamanga llevando bajo el brazo su primer guión (Chicha de jora). 

Cursó estudios de Antropología en la Universidad San Cristóbal de Huamanga y realizó varios documentales de carácter turístico, luego recorrió las zonas alto andinas realizando informes y documentales sobre la post violencia para organismos no gubernamentales. Mientras tanto escribía su segundo guión (Dios tarda pero no Olvida) y en 1997 lo logró filmar, concitando la atención en todo el país. Este sería el inicio de su carrera.

En 1999, debido al gran éxito alcanzado por la primera parte,  estrenó Dios tarda pero no Olvida II, y alentado por el éxito y tema abordado, completó la trilogía con su más lograda y comentada película. Sangre Inocente (2000), que tuvo una accidentada producción. Una noche, durante el rodaje, fuerzas Policiales detuvieron a Palito Ortega y a su productora Nelba Acuña e intentaron detener a los actores, además fue requisado todo el equipo técnico.

Palito Ortega no quiso encasillarse en abordar sólo temas sociales, su mirada lo llevóa tocar temas como las mitologías andinas y en 2002 de la mano de la tecnología digital, da vida al mítico Jarjacha realizando Incesto en los andes: La maldición de los jarjachas, más tarde realizaría La maldición de los jarjachas 2 (2003).

El año 2005, Palito Ortega Matute vuelve a lo que considera prioritario en la cinematografía nacional, el cine social – testimonial con su sexto largometraje El rincón de los Inocentes.


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