En personas vulnerables donde el sistema del control del miedo o de ansiedad ya viene siendo afectado por experiencias muy tempranas de abandono, violencia, autoritarismo, entre otros, muchas veces, se pierde los mecanismos de respuesta por lo que, en situaciones como la pandemia, empeoran con crisis mayores. 

Así lo manifestó Humberto Castillo, director del Centro de Investigación de Salud Mental de la Universidad Cayetano Heredia, quien detalló que las necesidades socioemocionales son muy importantes, los seres humanos requerimos del contacto con otras personas, ello es vital y eso se da en todas las edades por lo que no es ajeno a los jóvenes.

“Los jóvenes están en una etapa donde ya salen del dominio familiar para pasar al dominio más social, estableciendo vínculos más significativos y frente a eso nos topamos con un confinamiento que nos restringe la vida social. Los jóvenes están atrapados entre la racionalidad de cuidarse y el impulso de encontrarse con otras personas por la parte emocional.”

“Tenemos una franja de normalidad que puede ser vivida como sufrimiento y una franja patológica. En la primera el joven se siente triste, desganado, ansioso, inquieto que le lleva a querer buscar experiencias, pero desde el lado patológico se pierde las ganas del contacto”, expresó en el Informativo por Nacional.

Refirió que en algunos casos se pueden activar ciertos trastornos, del tipo psicótico donde la persona entra en una suerte de desconfianza en que siente que lo están usando o le están haciendo daño y el miedo sigue creciendo.

“El estrés también distorsiona los mecanismos de respuesta frente a posibles alarmas.”

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