En el mes del centenario del nacimiento de Noemí ‘Mimí’ Polo, integrante del dúo femenino “Las Limeñitas”, dos personas cercanas a ella la recuerdan en su faceta de intérprete, pero también como tía, amiga y mujer.

En diálogo con Encuentros en la radio, Eduardo Olivera Polo, sobrino de Noemí e hijo de Graciela Polo, quien también fue parte del dúo “Las Limeñitas”, habló sobre la vida artística de su tía y el legado que ha dejado dentro de la música criolla.

“Mi madre y mi tía no comenzaron cantando música criolla. Cada una tenía distintas preferencias; Noemí, por ejemplo, cantaba tangos y boleros y mi madre, música mexicana. Luego dieron el paso a la música criolla y ahí hicieron un cambio en las voces porque mi mamá pasó a ser la primera voz y mi tía, la segunda”, señaló.

Olivera también indicó que todos los registros musicales, así como los cuadernos de apuntes, discos y premios recibidos por la agrupación, se encuentran actualmente resguardados en el Archivo de la Universidad Católica del Perú, pero pueden ser consultados por el público en general.

Por su parte, Margarita Pemberton, amiga personal de Noemí Polo, contó algunas anécdotas sobre la conocida intérprete de canciones tan populares como “La Cabaña”, “Lima de siempre” y “Caramelo”.

“Mimí aparentaba ser una persona seria porque tenía un oído absoluto y se daba cuenta cuando le cambiaban las notas. Además, era muy respetuosa de las letras y las melodías, pero en el fondo era una persona muy graciosa y simpatiquísima. Cuando se molestaba se le subía una ceja hasta la mitad de la frente: sus cejas hablaban por ella”, sostuvo.

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