La muerte tiene para los seres humanos, de distintos credos, distintas formas de verla, distintas cosmogonías. Hay sociedades en que la muerte es una cuestión insoportable que hace sufrir más a los que se quedan que a los que se van y otras, en las que parece ser una cuestión celebratoria en la que se conmemora el pase a una situación distinta, en la que el cuerpo desaparece, pero el espíritu, el alma, permanece en el ambiente.

Para Ximena Otero, quien perdió a su hijo en el año 2018, la muerte para cada ser humano es encarada de diferentes maneras. En su caso personal, significó una nueva mirada a su propia vida, una búsqueda de una nueva visión que hoy es vivida con gratitud. “El dolor no se puede medir, yo no puedo compararme con lo que siente el otro en relación a su duelo porque cada proceso es único, cada uno lo vive con los recursos que tiene”, remarcó en “Habla Perú Habla”.   

En el mundo andino, la muerte es entendida como una transición donde el ser querido pasa a otra dimensión, así lo comentó Godofredo Chura, integrante de la Comunidad Espiritual Andina Qhapaq Inti Qala - Qulla Suyu de Puno

“El dolor que se siente es inexplicable, nosotros desde nuestra cosmovisión enterramos bajo tierra, sahumamos para que vaya limpio de todo pecado nuestro ser querido, colocamos la música que le gustaba en vida, para que pase al otro lado de una manera alegre y acepte su propia muerte”, mencionó.

Jeiser Suarez,  quien radica en Pucallpa, relató que en la comunidad shipibo- conibo, la reencarnación es parte de sus creencias. Para ellos, el ser querido que fallece puede volver a la vida como parte de la naturaleza, sea como un animal, una planta, un elemento sin vida, etc; dependiendo de la pureza de su alma.

“Nosotros los shipibos conversamos mucho con nuestros muertos, siempre estamos pensando que nuestros familiares se manifiestan en la naturaleza, nos vestimos de blanco por respeto a nuestros muertos”, comentó.

Para Úrsula Barboza, terapista especialista en duelo, la pérdida de su hijo, la llevó a crear una asociación sin fines de lucro denominada Thaniyay donde acompaña a los padres a sobrellevar la etapa de pérdida o duelo, más aún en tiempos tan complejos como la pandemia.

“No podemos despedirnos de la forma habitual, pero podemos en casa hacer un ritual que nos permita cerrar esa etapa, nos despedimos de la parte física pero la persona sigue con nosotros porque al morir regresamos a nuestra esencia, el ser seres espirituales”, expresó en Nacional.

Por su parte, la actriz Gabriela Billotti, consideró que los pequeños rituales de despedida son importantes y es lo que más se extraña en esta época de pandemia.

“Duele mucho no poder hacer nada cuando un ser querido fallece, es duro no poder hacer más por lo que el apoyo en comunidad para sobrellevar estos procesos toma gran relevancia”, finalizó.

D.B.D.