Ante un movimiento sísmico, nuestras emociones se disparan porque estamos frente a una situación que es amenazante y no sabemos cuándo va a terminar. Pues de ese tema conversamos con Sonia Zevallos, psiquiatra y directora del área de adultos y adultos mayores del Instituto Nacional de Salud Mental.

“Se nos viene a la mente imágenes catastróficas sobre este tema y es por ello que tenemos que identificar qué es lo que desencadena nuestro miedo”, señaló en diálogo con Qué hacer.

La especialista indicó que mientras más nos familiaricemos con una situación de esa magnitud es posible que podamos enfrentarla de manera más consciente.

“Mientras más simulacros hagamos dentro de nuestras viviendas, vamos a poder identificar mejor nuestras zonas seguras. Si conocemos lo que puede provocar un sismo de gran intensidad, tendremos menos incertidumbre porque el miedo será mucho más manejable”, sostuvo.

La especialista también recomendó que las familias formen brigadas en donde se designe a un líder que pueda llamar a la calma entre los demás miembros. Indicó que es importante controlar las emociones para actuar de manera más eficientes frente a las dificultades.

“La persona que lidere la brigada tiene que poder gestionar sus emociones para brindar soporte a los demás. Las emociones muchas veces pueden paralizarnos y dejar inmóviles frente a una situación de riesgo. Muchas veces no es el sismo lo que termina generando accidentes, sino nuestra conducta”, indicó.