Los audios en los que se evidenciaría cómo el destituido juez César Hinostroza traficaría influencias para favorecer intereses personales o de terceros, ha llevado a la población no solo a la indignación, sino a preguntarse cómo un ser humano llega a niveles tan deplorables de corrupción como el que habría cometido el citado magistrado.

Para Sarela Quiroz, psicóloga del centro “Yo Puedo”, la explicación a la problemática va por el deseo de poder. Las ansias de poder que habitan en todos los seres humanos son las que –a decir de Quiroz- en mayor o menor medida nos inclinan a cometer actos de corrupción, pues creer que tenemos más derecho que los demás a conseguir nuestros objetivos, nos lleva a echar por tierra las normas éticas que permiten que nuestra sociedad se desarrolle dentro de parámetros establecidos.

“Si nosotros nos ponemos a analizar lo que ocurre, es cuestión de poder, de tener control, manejo, libertad. Hay algo que de pequeños debemos aprender, que son los límites. Todo acaba cuando colisiona con los derechos de alguien más”, dijo la especialista para El Informativo.

“Entonces, esforzarnos por el logro, al que por supuesto tenemos derecho, debería ser parte de, no el objetivo final”, agregó.

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