El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, fue parte de la ceremonia del XXVII aniversario de la Operación Chavín de Huántar, Día del Valor Militar y Día de los Defensores de la Democracia, que lideró la presidenta Dina Boluarte en la réplica de la Residencia de la Embajada de Japón.

En el evento, el jefe del Gabinete Ministerial aseguró el respaldo del Gobierno a las FF. AA. y la Policía Nacional, con el objetivo de continuar en la lucha contra los delincuentes terroristas que aún permanecen en el VRAEM y que buscan asentarse en otras partes del país.

"Ellos estuvieron al frente cuando hubo que contener al terrorismo en el VRAEM, y ahora lo hacen en el Putumayo y Caballococha. También están presentes cuando tenemos que enfrentar a las lacras del crimen organizado que hoy azotan al país”, reconoció el titular de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).

En esa línea, recalcó el compromiso de las FF. AA. y la Policía para mantenerse de lado de la democracia cuando se intentó subvertir el orden constitucional.

Asimismo, comunicó que durante su gestión en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) se cumplió con el reconocimiento de los beneficios de todos los que participaron en el operativo militar. “Hoy podemos decir con satisfacción que ya llegaron a quienes lo merecían”, puntualizó.

El evento contó con la asistencia del presidente del Congreso, Alejandro Soto, y los ministros de Defensa, Walter Astudillo; Interior, Walter Ortiz; Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Arana, y Educación, Morgan Quero.

Además, estuvo presente el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, David Ojeda; los comandantes generales de la Marina de Guerra, José Polar; Fuerza Aérea, Enrique Chávez; Ejército, César Briceño y Policía Nacional, Víctor Zanabria, así como el embajador del Japón en Perú, Yamamoto Tsuyoshi.

La actividad conmemoró, como cada 22 de abril desde 1997, la exitosa Operación Militar Chavín de Huántar, en la que 195 integrantes de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) pusieron fin a los 126 días de cautiverio de los 72 rehenes que permanecieron secuestrados por un grupo de terroristas del MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), en la entonces residencia del embajador japonés.

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