“Decidimos apostar por contar una historia sumamente realista y la única forma era a través de su idioma y con un equipo de aimaras”, nos comenta Óscar Catacora, director de Wiñaypacha (Eternidad), película que ha conseguido premios internacionales y que hoy se estrena en cines a nivel nacional.

Con la humildad y sencillez que lo caracteriza, Óscar Catacora participó en Cuéntame, bloque de Somos Familia, para explicarnos los detalles de esta historia aimara, que se muestra como una ventana a la problemática de nuestros andes. El abandono de las nuevas generaciones a su pueblo natal para migrar a la ciudad es una realidad peruana que grafica la indiferencia hacia el interior del país y la centralización en la capital.

“Muy pocas veces retornan de la ciudad para ver a sus padres. Hay historias reales que cuentan los lugareños en que los abuelos habían muerto en completo abandono. Abandonan no solo a sus padres, sino también la tierra que los vio nacer”, comenta Catacora con la sensibilidad de una persona consciente de esta verdad y que busca cambiarla.

El extraordinario trabajo que ha realizado este equipo, conformado en su mayoría por aimaras, cosechó 3 premios en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, México. Para su director, “más allá de que un premio te alegre debe significar una gran responsabilidad”.

“Es un reconocimiento a los pueblos originarios del Perú y el mundo. Decir de alguna manera que todo es posible, que todo en la vida se puede lograr en base al esfuerzo y dedicación, ese es el mensaje de la película”, remarcó Óscar, quien nos explica las particularidades y visión propiamente andina con la que dotaron la forma de hacer cinematografía, y que se constituye como un gran aporte para las siguientes generaciones. Un cine propio, nacional y con identidad está naciendo en este proyecto.

“Rodar una película a 5 mil metros de altura es complicado pero lo tomamos como una responsabilidad y con mucha humildad, ya que el cine como cualquier otra actividad es un trabajo y requiere de esfuerzo y dedicación (…) Al principio, la idea era trabajar con actores profesionales, pero esa idea fue cambiando por cuestiones de maduración del proyecto. Decidimos apostar por un proyecto sumamente realista, que transmitiera realismo que muy pocas veces se ha visto en el cine nacional”, manifestó Catacora.

Rosa Nina y Vicente Catacora, abuelo del Óscar, son los protagonistas de Wiñaypacha, ellos son dos ancianos de origen aimara. Antes de rodar la película no se conocían; sin embargo, la conexión entre los dos fue instantánea desde el primer encuentro. Aprendieron uno del otro, y juntos fueron Wilca y Paxi, nombres que significan Sol y Luna, como parte de la metáfora que busca representar el director.

“El momento que nosotros los juntamos hubo un grado de amistad, de química. Recuerdo cuando se vieron y se saludaron como si se conocieran hace años. Con la abuela ya habíamos ensayado hace bastante tiempo, fue bonito porque la abuela le enseñó cómo actuar al abuelo, cómo desenvolverse. Fue un trabajo hermoso hacer una película con dos personas de la tercera edad, y con quien he compartido parte de mi vida, los he escuchado, conversado, me contaban historias de la vida”, compartió.

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