“Las reacciones alérgicas a una vacuna son escasas. De hecho, la posibilidad es tan baja que menos de 1 en un millón de personas puede desarrollar alergias a los componentes de la vacuna. Es por eso que en ninguna parte del mundo se hacen pruebas de alergia”, señaló la médico pediatra Verónica Petrozzi.

En diálogo con Qué Hacer, la especialista aclaró qué tipos de situaciones podrían hacer referencia a un caso de alergia a los componentes de una vacuna indicando que es importante aprender a diferenciar los distintos casos de alergia que existen.

“La primera vez que uno se coloca una vacuna no tiene cómo saber si es alérgico o no. En la mayoría de casos esto no ocurre, pero en el caso que sucediera sería por los componentes de la vacuna. Por ejemplo, hay algunas que contienen componentes de huevo o antibióticos que pueden ser perjudiciales para un grupo de personas”, indicó.

Petrozzi señaló también que la reacción alérgica más grave que podría presentarse en los pacientes alérgicos es una anafilaxia en donde se cierran las vías respiratorias y los pacientes pueden agitarse. Ante esa situación, el personal debe intervenir adecuadamente para ayudar en la recuperación del paciente.

Finalmente, la especialista también se refirió a los pacientes crónicos que creen que colocarse una vacuna contra la COVID puede interrumpir en su tratamiento diario. En ese sentido, Petrozzi señaló que es importante que de igual manera reciban su vacuna.

“Un paciente crónico que no está vacunado y se contagia de COVID puede ver descontrolada su enfermedad porque tienen esquemas más estrictos para vacunarse. En ese sentido, son una población que debe ser atendida con mayor urgencia para recibir su vacunación”, finalizó.